No es solo la belleza de las 12 Aldeias Históricas de Portugal lo que nos conquista, sino también su riquísima herencia histórica, en la que se cruzan pueblos y culturas tan distintas como la cristiana, la musulmana y la judía.
En 1599, en Castelo Rodrigo, nació un hombre que se llamaría Martim Alvares, cuyo destino fue hacer esta aldeia famosa en todo el mundo. En realidad, su nombre era Efraim Bueno y era judío. Martim fue el nombre que recibió en su bautismo como “nuevo cristiano”.
A pesar de integrarse en la comunidad, Efraim decide emigrar a Burdeos, donde estudia Medicina. Parte después a Amsterdam, conocida por su tolerancia religiosa (tan infrecuente y valiosa en aquel tiempo), donde ejerce su profesión. Será allí donde conozca a uno de los pintores holandeses más famosos de todos los tiempos: Rembrandt, que elige a aquel médico portugués para representar a los judíos perseguidos por la religión católica. Castelo Rodrigo y su comunidad judía quedan de este modo inmortalizados en la Historia del Arte.
De hecho, Castelo Rodrigo es una de las 12 Aldeias Históricas de Portugal donde podemos encontrar marcas del paso del pueblo judío por Portugal. Descubrimos aquí, por ejemplo, un portal con inscripción hebrea datado de 1508, en la Rúa da Cadeia, que atestigua la presencia de una comunidad de judíos y nuevos cristianos en Castelo Rodrigo.
Se cree también que el aljibe medieval de Castelo Rodrigo pudo ser una antigua sinagoga: se utilizaba una parte para rendir culto y otra como Mikvé, que se destinaría a baños litúrgicos. Con cerca de 13 metros de profundidad, contaba con dos entradas: una de estilo gótico y otra, con arco de herradura, de estilo árabe. La destrucción de la sinagoga se habría producido con la expulsión de los judíos, ordenada por D.Manuel I (1469 -1521), y habría sido entonces posteriormente reaprovechada como aljibe/ depósito de agua.
La Torre Albarrã que encontramos en Castelo Rodrigo es ya de legado musulmán; otro pueblo más que dejó en Portugal una pegada que se conserva en las aldeias históricas. Esta torre, la torre albarrana más septentrional conocida en territorio portugués, representa un elemento militar introducido en la península por los musulmanes.
Sin embargo, las calles de Castelo Rodrigo guardan secretos de tiempos anteriores a los conflictos entre cristianos, judíos y musulmanes. Esta aldea conserva vestigios paleolíticos, megalíticos, de la cultura castrexa y romanos. Un verdadero museo al aire libre que guarda a través del tiempo la Historia de nuestros orígenes. Castelo Rodrigo es, por tanto, una parada obligatoria entre las diferentes aldeias históricas que mercen nuestra visita. Un lugar donde las historias de príncipes y princesas encantadas, de batallas y asedios infinitos, parecen cobrar vida delante de nuestros ojos.
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