Tranquilidad, paz, calma. Las Aldeias Históricas de Portugal ofrecen algo más que un momento lejos del caos de las ciudades y el bullicio de nuestras vidas. Aquí nos adentramos en increíbles viajes en el tiempo por los que descubrimos los orígenes de nuestro país.

En Idanha-a-Velha conocemos la trágica leyenda del último rey visigodo, el Rey Wamba, que reinó en Egitânia (nombre por el que se conocía entonces Idanha-a-Vellha) entre los años 672 y 680. El Rey Wamba vivía en un castillo a las puertas de Ródão, que aún hoy es conocido como el Castillo del Rey Wamba, en la orilla norte del Río Tajo. El otro margen, la orilla sur, era por entonces dominada por un rey moro.

La Reina del Rey Wamba y el rey moro se enamoraron y aprovechaban las ausencias del Rey, en batallas o cacerías, para seducirse sentados en sus sillas de piedra, cada uno a un lado del Río Tajo. Loco de amor, el rey moro decidió excavar un túnel por debajo del Tajo para rescatar a su amada. Sin embargo, sus cálculos fueron erróneos y el túnel vio la salida en la pendiente sur, por encima del nivel del agua. Aun así, el rey moro consiguió fugarse con la reina a su castillo.

Cuando el Rey Wamba descubrió la traición, se dirigió al castillo moro disfrazado de mendigo. La Reina, sin embargo, lo reconoció y lo delató ante el rey moro, que ordenó encarcelarlo. Viéndose a las puertas de la muerte, el Rey Wamba pidió un deseo: soplar el cuerno que llevaba consigo, pues esta era la seña que sus soldados esperaban para avanzar sobre el castillo moro y traer de vuelta a la Reina.

De regreso a Egitânia, la Reina fue juzgada ante un tribunal y sentenciada por orden del Rey a ser atada a la rueda de un molino y empujada cuesta abajo hasta el río Tajo. Furiosa, antes de que la sentencia fuese ejecutada, maldijo aquella tierra. El caso es que, allá por donde la rueda pasó con la Reina, no volvió a crecer la vegetación.

Tal y como en otras aldeias históricas, en Idanha-a-Velha se cuentan estas y otras historias sobre reyes visigodos, moros y cristianos. Las Aldeias Históricas da Beira Alta poseen una rica Historia, debido a los diversos pueblos que por ellas pasaron. De hecho, Idanha-a-Velha surgió a partir de una ciudad de construcción romana, que más tarde se erigió en sede episcopal bajo dominio suevo y visigodo. Fue ocupada por los musulmanes en el siglo VIII y reconquistada por los cristianos en el siglo XII. En el XIII, es donada a la Orden del Templo. Sabiendo esto, no debe extrañarnos el notable conjunto de ruinas y vestigios de diferentes épocas y pueblos que se encuentra en esta aldeia histórica, que se convirtió en lugar destacado en el contexto de los yacimientos arqueológicos del país.

Idanha-a-Velha cuenta por ejemplo con una de las mayores y más representativas colecciones epigráficas romanas del país, recogida en varias fases de exploración arqueológica. El Archivo Epigráfico, situado en el patio de la antigua presa de aceite, expone 86 del total de 210 piezas recogidas en la aldea a través de un recorrido interactivo en el que la tecnología sirve para explicar y contextualizar las piezas expuestas.

Vale la pena descubrir esta aldeia llena de misticismo, donde tantos pueblos vivieron y amaron; de dónde venimos también nosotros, enamorados de la belleza de un lugar protegido de la locura del mundo moderno.